Gas pimienta: reglas complejas, poco respeto
- Bajo la Lupa
- 30 nov 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 5 dic 2018
La legislación que regula este tipo de armas es imprecisa y se distribuye en distintos organismos, lo que dificulta su interpretación. Además, por Internet pueden conseguirse con poco o nulo control.

Ante la creciente compra de armamento de uso civil para autodefensa, se investigó sobre el más común de estos implementos: el gas pimienta.
El aerosol de pimienta es un elemento gaseoso que, en sus presentaciones más pequeñas y rociado sobre una persona, le provoca irritación en los ojos, lagrimeo, o hasta ceguera temporal. Entre sus efectos en el aparato respiratorio, se encuentran la tos, la irritación, los estornudos y la falta de aire.
Suele conseguirse fácilmente en casi cualquier armería, en distintos tamaños, a partir de los 14 gramos. También los hay camuflados en forma de elementos cotidianos, tales como labiales o desodorantes.
El gas pimienta se considera, en la legislación argentina, como un arma de uso civil no letal, y en el caso de los gases orgánicos, su ingrediente activo es la capsaicina, que se deriva de las frutas de las plantas del género Capsicum (pimientas).
La compra de este tipo de implementos es legal, fundamentalmente, “a través de armerías inscriptas en el RENAR, por tratarse, o mejor aún de publicarse como elementos defensivos”, según lo indica la disposición del actual ANMAC (ex RENAR) 044/00 sobre aerosoles defensivos de base orgánica.
Además, estos gases envasados son sólo de compra libre en la medida en que se trate de compuestos orgánicos, según lo indica la misma disposición, y la Ley Nacional de Armas y Explosivos 20.429, que indica en su artículo 5to inciso 3 la habilitación como arma de uso civil a aquellos “agresivos químicos contenidos en rociadores, espolvoreadores, gasificadores o análogos, que sólo producen efectos pasajeros en el organismo humano, sin llegar a provocar la pérdida del conocimiento y en recipientes de capacidad de hasta 500 centímetros cúbicos”. Para el caso de los gases con compuestos sintéticos, es necesario registrarlo en la Administración Nacional de Materiales Controlados (ANMaC, ex Renar), según lo expresado por Carlos Dini, delegado de la entidad en Córdoba.
Es decir, tras un análisis de estas regulaciones, se deduce que es posible comercializar y portar de forma libre sólo aquellos aerosoles que sean fabricados a base de un compuesto orgánico, que esté envasado en un recipiente menor a 500 centímetros cúbicos, que no produzcan efectos permanentes en el organismo humano y que sea adquirido en una armería o un local de caza y pesca inscripta en la Anmac.
En casi cualquier armería de la ciudad de Córdoba es posible adquirir este tipo de gases. Algunas de ellas solicitan el documento, otras lo venden sin documentación ni registro, otras la comercializan sólo a policías y otras venden sólo a mayores de 18 años. Es decir, la venta queda completamente a criterio del vendedor, ya que las armas de uso civil son de venta libre en armerías.
De hecho, y para esta investigación, fue posible adquirir en “El Buen Pique”, una armería y casa de pesca céntrica de la capital cordobesa, un gas pimienta de base orgánica marca “Sabre”, de 22 gramos, importado desde los Estados Unidos, con fecha de vencimiento visible y suficiente para realizar unas 35 descargas, según lo explicó un vendedor del local.
El hecho de que sea legal adquirirlo en armerías no quita que sea posible conseguir un gas pimienta por otros canales de comercialización. En la plataforma argentina de e-commerce Mercado Libre, abundan las ofertas para comprar este tipo de implementos, y el rango de precios inicia en los 150 pesos. También se venden en combinación con otros elementos de defensa personal, como armas de descarga eléctrica, manoplas, linternas tácticas y varillas telescópicas.

Para esta investigación, fue posible comprar un gas marca “Nato”, importado desde Alemania, de 40 ml, en combinación con una picana eléctrica de 8 mil voltios, por un valor de 595 pesos con envío a una sucursal de Correo Argentino.
Este gas, no obstante, no cumple con todas las especificaciones necesarias para su legal comercialización. La nomenclatura de la caja del producto, inicialmente, está en inglés, pero las inscripciones que figuran en el producto están en alemán, cuando la normativa vigente exige que los productos importados se etiqueten en español. Además, no tiene la fecha de elaboración ni de vencimiento impresa ni en el cuerpo del gas pimienta ni en su empaque.

En adición, existe una ausencia de las estampillas de importación provistas por AFIP, que podría indicar la posible falta de los controles aduaneros pertinentes para el ingreso de armas de uso civil al país.
También su distribución por correo genera un problema. El decreto modificante 395/75, regulador de la Ley Nacional de Armas y Explosivos, en su artículo 22, prohíbe expresamente “la utilización de la vía postal para el envío de munición y agresivos químicos”.
Además, el gas CS -denominación más común para el clorobenzilideno malononitrilo-, componente principal del aerosol que fue posible adquirir en Mercado Libre, es un químico de base sintética, por lo que comercializar este arma en Argentina exige el registro en ANMaC. Así lo expresaron Carlos Dini, quien dijo que si el gas es orgánico era posible adquirirlos en armerías convencionales sin problemas; y Rodolfo Domínguez, instructor en el uso de armas y director del Tiro Federal en Córdoba, quien afirmó que al no ser gases letales, en ese tamaño de presentación, el registro como Legítimo Usuario no estaba contemplado por la ley.
El gas CS: efectos puntuales
El clorobenzilideno malononitrilo no es tan benévolo con el cuerpo humano como los gases a base de capsaicina. Si bien una leve exposición genera efectos irritativos sobre la piel, la boca, los ojos y la nariz, el estudio de un caso realizado en Uruguay indica que puede sufrirse contracción involuntaria de párpados, conjuntivitis, rinorrea, dolor o ardor al deglutir, excesiva producción de saliva, tos irritativa, náuseas, vómitos o broncoespasmo, y puede generar cuadros dermatológicos como lesiones en la piel.
De acuerdo a la cantidad de gas CS a la que una persona sea expuesta, los cuadros se agravan, yendo hacia dermatitis bullosas, queratitis, edemas pulmonares, pérdida del conocimiento y quemaduras, en el caso de ser afectado por una granada de gas de grado militar. Con menor frecuencia, una exposición a este gas puede generar hipertensión arterial, taquicardias o heridas hepáticas.
Un fabricante de este tipo de gas, el estadounidense Zarc International Inc., advierte que si el gas CS se hidroliza (es decir, entra en contacto con el agua), desprende dos químicos, el clorobenzaldehído y el malononitrilo. Este último, si también se hidroliza, genera cianuro, que en grandes concentraciones puede causar la muerte. Esto también lo respalda la química y profesora venezolana Mónica Krauter, que así lo indicó al sitio de noticias lapatilla.com.
El comercio de las armas de uso civil
Al respecto de qué organismo de control es el que debe regular la compra de este tipo de materiales por internet, Carlos Dini comentó que no es competencia de la ANMaC, que regula sólo a armerías, sino del Ministerio de Seguridad nacional.
De todos modos, el ente controlador de importaciones hacia Argentina de armas de uso civil es la ANMaC, según lo expresa la Resolución Nº 3115/1994 de la Administración nacional de Aduanas en su anexo III, artículo 1.1, que indica:
"La importación de armas, municiones y demás materiales clasificados de guerra o de uso civil, se halla sujeta a las prescripciones de la Ley 20.429 y su reglamentación. Las normas señaladas impone en todos los casos, la intervención previa del registro Nacional de Armas (RENAR, hoy ANMaC) y la sujeción a las disposiciones aduaneras aplicables a la Importación por el régimen general".
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