Armas de uso civil, un peligro latente

Existe una desregulación la ley nacional de armas y explosivos que posibilita la venta y adquisición sin control de gas pimienta en los comercios de Córdoba, y de sprays de pimienta y picanas eléctricas por Internet.

La compra de armas de uso civil, especialmente gas pimienta y armas de descarga eléctrica, es una tendencia entre las mujeres, aunque también entre algunos hombres, ante los hechos de inseguridad que se viven en nuestro país.

En poco más de una decena de armerías céntricas de la Ciudad de Córdoba consultadas fue posible averiguar que la mayoría de las personas que compran este tipo de armas son mujeres, o que distintas personas los compraban para sus parejas, amigas o familiares femeninas, lo que fue posible constatar al entrevistar usuarios: de 21 personas entrevistadas que afirmaron poseer un gas pimienta o una picana, 18 son mujeres.

También se pudo, en una de estas armerías, adquirir un gas pimienta sin que nos solicitaran documentación alguna (ya fuera el DNI o un carnet de legítimo usuario emitido por ANMAC), en contradicción con lo expresado por Carlos Dini, delegado de ANMAC en Córdoba.

|Ver más: Entrevista a Carlos Dini y Rodolfo Domínguez

Además, es posible conseguir por internet productos que no son de venta al público en armerías o negocios de caza y pesca. Es el caso de una picana eléctrica con linterna que se adquirió, en combinación con un gas pimienta que sale de los requisitos exigidos por la Aduana, por la plataforma de compras online Mercado Libre y que en las armerías consultadas en la ciudad de Córdoba no se vendían por diferentes razones: algunos comercios no vendían por considerar que por problemas de importación las picanas no ingresaban al país, y otros alegaban que no comercializaban porque no estaba claro si era legal hacerlo. En ocasiones, afirmaban que su venta era completamente prohibida al público en general.

Hay dos situaciones que se desprenden de la compra sin control de gas pimienta o picanas. El uso como armamento de implementos comercializados bajo la etiqueta “autodefensa” puede propiciar la conducta delictual, como sucedió en La Plata, donde un fallo equiparó al gas pimienta con un arma tras que una pareja robara a una jubilada con uno de estos gases, lo que propició la condena de la pareja a seis años de prisión. Incluso, dos armeros afirmaron que si el comprador tenía "actitudes sospechosas", o consideraban que podrían usar el gas pimienta para delinquir, directamente no concretaban la venta.

Por otro lado, existe riesgo de lesiones permanentes en el mal uso y manipulación del gas pimienta o de una picana eléctrica. En el caso del gas pimienta, Rodolfo Domínguez, instructor de armas y director del Tiro Federal de Córdoba, afirmó que si se rocía a una persona en un espacio cerrado y esa persona tiene patologías respiratorias previas, como asma, es posible causarle la muerte.

En el caso del arma de descarga eléctrica, el daño que se produce es relativo a la zona de aplicación de la descarga, la resistencia del afectado a la corriente eléctrica y el tiempo en el que la misma circula por el cuerpo, entre otros factores, según lo afirmó Roberto Suárez, técnico electrónico del Laboratorio de Alta Tensión de la Universidad Nacional de Córdoba.

|Ver más: Entrevista a Roberto Suárez

A pesar de estar vetadas para el uso por las fuerzas de seguridad por la Ley Nacional de Armas y explosivos, una fuente reservada de la Policía de la Provincia de Córdoba reveló que la institución posee un número de armas de descarga eléctrica tipo taser, aunque no las utiliza. Esto fue respaldado por Rodolfo Domínguez, que además de ser Director del Tiro Federal de Córdoba, es ex miembro del Equipo Táctico Especial Recomendado (ETER).

El desconocimiento de las posibles consecuencias del mal uso de este armamento, sumado a la poca claridad de las leyes que regulan su empleo y comercialización, y la incapacidad de los fabricantes de transmitir claramente el modo de uso de estos artefactos, genera el contexto propicio para que puedan producirse lesiones permanentes contra una persona.