Venta de gas pimienta y picanas: de la teoría a la práctica
- Bajo la Lupa
- 1 dic 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 5 dic 2018
Existe una reglamentación nacional que regula la venta de armas, entre ellas, las que se comercializan como de "autodefensa". Sin embargo, al momento de adquirir estos elementos, las normas resultan confusas.

Para conocer el formato del mercado local de la ciudad de Córdoba en venta de gas pimienta y armas de descarga eléctrica (picanas), se recorrió más de una decena de negocios céntricos de distintos rubros (armerías, locales de caza y pesca y cuchillerías) para poder realizar un relevamiento del estado actual de estas transacciones.
Luego de estas visitas fue posible deducir que estos dos elementos de defensa personal son de venta libre, que las principales compradoras de gas pimienta son mujeres jóvenes (o familiares cercanos que los buscan para ellas) y que los comerciantes tienen la libertad de decidir el modo de venta, es decir, si piden o no documento de identificación al comprador, si se comprueba o no la mayoría de edad, y deciden a su criterio si van a realizar la venta según la persona que lo requiera.
Según algunos de los testimonios que se consiguieron, hay, en la generalidad de los comerciantes un desconocimiento de las leyes regulatorias que involucran a la compra y venta del gas pimienta y de las armas de descarga eléctrica.
Por ejemplo, en una cuchillería de la calle Rivadavia al 300, una vendedora* manifestó que existe “un vacío legal” sobre este tipo de productos de defensa personal, y que los controles rigen únicamente para los proveedores. “No hay una legislación para nada clara con respecto a ningún elemento, ni siquiera el gas pimienta” explicó la vendedora.
Por otro lado, Rubén, dueño de El Anzuelo, un local de caza y pesca ubicado en la calle Lima, advirtió que en el pasado vendía estos productos pero que no existía ningún tipo de legislación sobre ellos, y que si quisiera volver a comercializarlos, la única forma de adquirirlos es mediante un proveedor ilegal, porque las picanas “legalmente ya no se venden más”, y que por lo tanto no se conseguirían ni de fabricación nacional ni importadas.
Al hablar con un empleado* de una armería en Rivadavia al 300, comentó que solía vender picanas y gas pimienta en el pasado. Antes de que ocurriera el incidente en el partido Boca-River por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores de América, en mayo de 2015 (en el que un hincha de Boca roció con gas pimienta a jugadores del equipo contrario), el empleado afirmó que la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) no tenía ningún tipo de incidencia en el control de esos elementos porque “no tiene nada que ver con el gas pimienta”.
De este modo, el día 17 de mayo de 2018 se realizó en el local “Buen Pique” (Rivadavia 255) la compra de un envase de gas pimienta marca “Sabre” de 220 gr, realizando el pago en efectivo y sin haber requerido el DNI.
Armas de uso civil: al alcance de todos, en la red de redes
Al mes siguiente, el día 18 de junio, se realizó una compra online a través de la plataforma de e-commerce argentina Mercado Libre. Para ello se creó una cuenta no personal y se prosiguió a adquirir, con envío gratuito y pago en efectivo, un “Combo de Picana Eléctrica 8000kv + Gas Pimienta para Defensa Personal” a $595 pesos argentinos. Al momento de presentar un DNI para retirar el paquete, el cual llegó a la sucursal del Correo Argentino (Av. Colón 210) el 10 de julio, se presentó un conocido de las investigadoras y llevó el producto.
El vendedor de la plataforma de ventas online, proveniente de Posadas, Misiones, posee diversas publicaciones de distintos productos del mismo estilo del adquirido, con especificaciones en cada una de ellas. Puntualmente, en la descripción del combo que se compró, se detalla que la picana tiene una descarga de 8000 kilovoltios (con carga a batería) y que el envase de gas pimienta es de 60 ml.
Sin embargo, al momento de abrir los productos, se corroboró que, por un lado, el envase de gas pimienta que llegó (cuya etiqueta está en el idioma alemán y la caja en inglés) es de 40 ml. Por otro lado, la caja del arma de descarga eléctrica (también en inglés, además del instructivo) indicaba una descarga de 25000 kilovoltios; el manual indica una salida de 2500 kilovoltios y la etiqueta en el cuerpo de la picana indica 12000 kilovoltios. Se observó también que ninguno de los dos elementos adquiridos por internet tenían el sello de importaciones provisto por Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Esta amplia diferencia en las descripciones del producto llevó a tomar la decisión de hacer medir la descarga real con profesionales del Laboratorio de Alta Tensión de la Universidad Nacional de Córdoba. De esta manera, pudimos comprobar que la descarga real de la picana es de hasta 12 mil voltios (en condiciones de batería recién cargada), y que luego de ese pico máximo va disminuyendo el voltaje.
¿Qué dice la ley?
Según la Ley Nacional de Armas y Explosivos n° 20.429, en el decreto modificante n° 395 figura que tanto el gas pimienta como el arma de descarga eléctrica están catalogados como armas de uso civil y que por ende están permitidos siempre y cuando el primero aparezca en presentaciones de hasta 500 cm3 y contenga componentes orgánicos que generen efectos pasajeros en el organismo humano, y el segundo no produzca lesiones permanentes. En lo que refiere a este último dato, no se especifica cuál es el nivel de voltaje ni la potencia de descarga que podría generar efectos pasajeros no letales, y tampoco se expone que para portar estas armas sea necesario ser Legítimo Usuario.
Al respecto de la regulación que enmarca este tipo de productos, el delegado de Córdoba de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC, ex RENAR) Carlos Dini, expresó que es competencia de ese organismo regular únicamente la venta que se hace a través de locales habilitados para vender armas y suministros de caza y pesca. Allí alegó que se controla que la venta de gas pimienta se haga únicamente a quienes presenten su credencial de Legítimo Usuario (persona habilitada a portar armas de fuego) y su Documento Nacional de Identidad, sin realizar una distinción si el gas era sintético u orgánico. Sin embargo, al momento de hacer la compra por parte del equipo de investigación, dicha credencial no fue pedida por el vendedor del local. Por otra parte, Dini aseguró que el control para la venta online de estos productos no es de su competencia y que corresponde al Ministerio de Seguridad.
Por lo descrito, se pudo llegar al arribo de que al no ser un arma reglamentada más que como de uso civil, y a pesar de que la teoría y la ley llaman a realizar este tipo de transacciones únicamente a través de locales de armerías, la venta por internet es, en sí, irregular.
* En ambos casos, se reserva la identidad de los entrevistados para proteger sus puestos de trabajo.
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