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La voz de los usuarios

  • Foto del escritor: Bajo la Lupa
    Bajo la Lupa
  • 28 nov 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 dic 2018


Sensación o realidad, la inseguridad lleva a que los ciudadanos tengan la necesidad de protegerse a sí mismos. Para corroborar la información obtenida durante la investigación, fue necesario escuchar qué tienen para decir los portadores de armas de uso civil.

Con el objetivo de constatar los datos obtenidos previamente en las visitas a armerías céntricas de la ciudad de Córdoba, se entrevistó a 21 personas, hombres y mujeres de entre 21 a 47 años que son o han sido usuarios o portadores de gas pimienta y/o picana eléctrica. Algunos de ellos mencionaron haber comprado dichos elementos siendo menores de edad.


En primer medida, de las respuestas brindadas por los entrevistados se pudo determinar que 18 son mujeres y que lo adquirieron por razones de seguridad. Este dato coincide con la información brindada por los armeros cuando afirmaron que dichos implementos, principalmente el gas pimienta, son comprados en su gran mayoría por mujeres para la autodefensa.


En el caso de los 3 hombres, uno compró un gas pimienta porque había vivido episodios de violencia, otro una picana eléctrica, disfrazada de linterna, por curiosidad estando de vacaciones y el último adquirió ambas armas a modo preventivo ante la posibilidad de algún ataque o robo.


Once de las 21 personas manifiestaron haber sentido inseguridad en barrios considerados peligrosos, calles poco iluminadas y paradas de colectivos, en horas de la siesta y de la noche. De ellas, sólo 4 sufrieron alguna situación de violencia concreta como: robos reiterados, acosos callejeros y ser perseguidas por la calle. Las restantes no atravesaron situaciones de riesgo que podrían haber requerido el uso del arma.


Sólo uno de los interrogados usó efectivamente estos elementos de defensa personal, pero 11 de ellos expresaron tenerlos a mano cada vez que salen a la calle y en todos los casos manifestaron que si se diera la oportunidad los emplearían para protegerse.


En la muestra estudiada hay 16 portadores actuales de gas pimienta, tres de picanas eléctricas, uno de los cuales además tiene cuchillos y una macana metálica de policía, y dos poseen tanto gas como picana. Dos de esos 16 portadores actuales expresaron su interés por conseguir picanas, ya que las consideran más efectivas debido a la descarga de corriente eléctrica que produciría a una persona en el caso de un ataque, porque el gas pimienta, si no es disparado sobre el rostro, no resulta tan efectivo.


Respecto de la obtención de los mencionados dispositivos, diez de los consultados dijeron que ellos mismos los compraron y a los otros once se los compró algún familiar, amigo, pareja o se los regaló alguna persona cercana que tenía más de un artefacto de autodefensa. De los últimos once, sólo cinco saben dónde adquirirlo por sus propios medios.


A ninguno de los 21 entrevistados se le solicitó documentación alguna, ya sea el DNI o un carnet de Legítimo Usuario, que debe ser emitido por ANMaC. Esto mismo se repitió en el recorrido por las armerías que realizaron las investigadoras, donde la mayoría de esos comercios no exigía algún tipo de identificación para efectuar la venta. La falta de solicitud de registro oficial como Legítimo Usuario sucedió también con la compra realizada mediante la plataforma online de Mercado Libre, donde el control sólo pasó por la presentación del DNI del comprador registrado en la plataforma.


Los lugares de comercialización más frecuentes fueron armerías ubicadas en el centro, especialmente las aledañas a la central de policía situada en Av. Colón y en galerías también pertenecientes al centro de la ciudad cordobesa. En menor medida fueron mencionados otros sitios o formas de suministro tales como: tabacaleras, locales de caza y pesca, shoppings, ferreterías, marroquinerías, un vendedor ambulante que ingresó a una farmacia ofreciendo el producto, amigos y compañeros de colegio que los comercializaban y policías que los conseguían y vendían a conocidos.


Una de los encuestadas expresó que el gas pimienta que adquirió estaba camuflado de labial, y que la persona a la que se lo compró, lo vendía en otros formatos como perfumes y lapiceras.


A modo de síntesis, se puede establecer que los testimonios recabados dan cuenta de las irregularidades en el control y en la comercialización de armamentos catalogados como elementos de autodefensa, que pueden ser adquiridos por cualquier persona de manera simple y sin requisitos exigidos por el comerciante.

 
 
 

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